Las
creencias que tenemos acerca de nosotros mismos, aquellas cualidades,
capacidades, modos de sentir o de pensar que nos atribuimos, conforman nuestra
“imagen personal” o “autoimagen”.
La “autoestima”
es la valoración
que hacemos de nosotros mismos sobre la base de las sensaciones y experiencias
que hemos ido incorporando a lo largo de la vida.
Los millares de impresiones, evaluaciones
y experiencias que hemos reunido a través de todas nuestras vivencias, se
juntan en un sentimiento hacia nosotros mismos. De nuestra autovaloración depende, en gran parte, la
realización de nuestro potencial personal y nuestros logros en la vida.
De este
modo, las personas que se sienten bien consigo mismas, que tienen una buena
autoestima, son capaces de enfrentarse y resolver los retos y las
responsabilidades que la vida plantea. Por el contrario, los que tienen una
autoestima baja suelen autolimitarse y fracasar.
La baja
autoestima está relacionada con una forma inadecuada de pensar. Las personas
con baja autoestima tienen una visión poco realista de sí mismas, de lo que son
realmente; al mismo tiempo, mantienen unas exigencias extraordinariamente
perfeccionistas sobre lo que deberían
ser o lograr.
La persona con baja
autoestima mantiene un diálogo consigo misma que incluye pensamientos como:
·
Sobregeneralización: A partir de un hecho aislado se crea una regla
universal, general, para cualquier situación y momento: He fracasado una vez
(en algo concreto), por lo tanto, siempre fracasaré (se interioriza que fracasaré en todo).
·
Designación global: Se utilizan términos peyorativos para
describirse a uno mismo, en vez de describir el error concretando el momento
temporal en que sucedió: ¡Que torpe soy!
·
Pensamiento polarizado: Pensamiento de todo o nada. Se llevan las cosas
a sus extremos. Se tienen categorías absolutas. Es blanco o negro: Estás
conmigo o contra mí. Lo hago bien o mal. No se aceptan ni se saben dar
valoraciones relativas. O es perfecto o no vale.
·
Autoacusación: Uno se encuentra culpable de todo. Yo tengo la
culpa, ¡Tendría que haberme dado cuenta!
·
Personalización: Suponemos que todo tiene que ver con nosotros y
nos comparamos negativamente con todos los demás. ¡Tiene mala cara, qué le
habré hecho!
·
Lectura del pensamiento: supones que no le interesas a los demás, que no
les gustas, crees que piensan mal de ti... sin evidencia real de ello. Son
suposiciones que se fundamentan en cosas peregrinas y no comprobables.
·
Falacias de control: Sientes que tienes una responsabilidad total con
todo y con todos, o bien sientes que no tienes control sobre nada, que se es
una víctima desamparada.
·
Razonamiento emocional: Si lo siento así es verdad. Nos sentimos solos,
sin amigos y creemos que este sentimiento refleja la realidad sin parar a
contrastarlo con otros momentos y experiencias. "Si es que soy un inútil
de verdad"; porque "siente" que es así realmente
La
autoestima puede ser cambiada y mejorada. Para
ello podemos tomar algunas ideas, o pasos, de cómo mejorarla:
1. No idealizar a los demás, especialmente a la pareja
2. Evaluar las cualidades y defectos nuestras y de los
demás
3. Cambiar lo que no nos guste, aunque debemos aceptar
que hay cosas que no podemos cambiar
4. Controlar nuestros pensamientos, especialmente los
negativos
5. No buscar obsesivamente la aprobación de los demás
6. Tomar las riendas de nuestra propia vida
7. Afrontar los problemas sin demora, sin miedo y con
valor
8. Aprender de nuestros errores
9. Practicar nuevos comportamientos
10. No exigirnos demasiado, nunca más allá de lo que
sabemos efectivamente que podemos hacer, pero tampoco menos
11. Darnos permisos
12. Aceptar nuestro propio cuerpo, tal como es: somos
perfectos exactamente así como somos, no nos falta nada… ni nos sobra
13. Cuidar nuestra salud
14. Disfrutar nuestro presente
Otros pasos que
podemos tener en cuenta:
1.
Convertir
lo negativo en positivo
2.
No
generalizar
3.
Centrarnos
en lo positivo
4.
Hacernos
conscientes de nuestros éxitos y nuestros fracasos
5.
No
compararnos con nadie: todos somos diferentes, no existe nadie mejor o peor que
otro, cada uno es como es…
6.
Confiar
en nosotros mismos
7.
Aceptarnos
a nosotros mismos
8.
Esforzarnos
por mejorar
Elaboremos un proyecto de superación personal
Una parte importante de nuestra autoestima
viene determinada por el balance entre nuestros éxitos y fracasos. En concreto,
lograr lo que deseamos y ver satisfechas nuestras necesidades proporciona
emociones positivas e incrementa la autoestima.
Una forma de mejorar nuestra autoestima es
esforzarnos para cambiar las cosas que no nos gustan de nosotros mismos. Un
método que puede hacer más fácil estos cambios, compuesto por cuatro pasos
fundamentales, es desarrollar un proyecto de superación personal:
1.
Plantearnos una meta clara y concreta.
2.
Establecer las tareas que debemos realizar
para lograrla.
3.
Organizar las tareas en el orden en que deberíamos
realizarlas
4.
Ponerlas en marcha y evaluar los logros
que vayamos consiguiendo
Referencias