Per Matrem et Magistram ad cor Filii

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sábado, 19 de diciembre de 2015

Comunión Espiritual



La práctica constante de la Comunión Espiritual acerca nuestro corazón al Corazón de Jesús y despierta el anhelo por encontrarnos verdaderamente con Él

Creo, Jesús mío, que estás presente
en el Santísimo Sacramento del Altar;
te amo sobre todas las cosas
y deseo recibirte dentro de mi alma.
Mas, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven espiritualmente a mi corazón.
No permitas, Jesús mío,
que jamás me aparte y separe de ti. Amén.



Sobre la Comunión Espiritual

El Sacro Concilio de Trento alaba mucho la Comunión espiritual, y exhorta a los fieles a practicarla.

La Comunión espiritual consiste, según Santo Tomás, en un deseo ardiente de recibir a Nuestro Señor Jesucristo sacramentalmente y en amoroso abrazo, como si se lo hubiera ya recibido.

Juan Pablo II: Es conveniente cultivar en el animo, el deseo constante del sacramento eucarístico. De aquí ha nacido la practica de la comunión espiritual.

San Juan María Vianney, el Cura de Ars, decía: Una Comunión espiritual actúa en el alma como un soplo de viento en una brasa que está a punto de extinguirse. Cada vez que sientas que tu amor por Dios se está enfriando, rápidamente haz una Comunión espiritual.

Decía la beata Juana de la Cruz, que la Comunión espiritual se puede hacer sin que nadie lo note, sin necesidad de ayuno o de permiso del director, y a la hora que nos plazca: con hacer un acto de amor, está hecha. (San Alfonso María de Ligorio, Obras Ascéticas, t. 6. “El amor de las almas”).

Decía S. Antonio María Claret: Tendré una capilla fabricada en medio de mi corazón y en ella, día y noche, adoraré a Dios con un culto espiritual.

Sta. Catalina de Siena tuvo una visión. Vio a Jesús con dos cálices y le dijo: En este cáliz de oro pongo tus comuniones sacramentales y, en éste de plata, tus comuniones espirituales Los dos cálices me son agradables.8

A otra mística, Santa Faustina Kowalska, Jesús Misericordioso le comunicó esto: Si practicas el santo ejercicio de la Comunión espiritual varias veces al día, en un mes verás tu corazón completamente cambiado.9

Santa Teresa de Jesús escribió: Cuando no comulgaredes y oyederes misa podéis comulgar espiritualmente…que es mucho lo que se imprime el amor ansi deste Señor.

San Maximiliano Kolbe, además de recibir la Eucaristía, hacía visitas frecuentes al Santísimo Sacramento: hasta diez veces al día. Esto no fue suficiente para él. Y, siguiendo a San Francisco de Sales, decidió hacer Comuniones Espirituales cada 15 minutos. A veces, dice San Maximiliano, la Comunión espiritual puede traer las mismas gracias que la sacramental.10

San Josemaría Escrivá de Balaguer aprendió de un padre escolapio la oración de la comunión espiritual cuando se preparaba para hacer su Primera Comunión en 1912. Esa oración es hoy familiar a miles de personas en el mundo entero. En su predicación aconsejó la practica de la comunión espiritual avalado por su personal experiencia: ¡Qué fuente de gracias es la Comunión espiritual! —Practícala frecuentemente y tendrás más presencia de Dios y más unión con El en las obras.

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