Secretos del
camino
Para Reyna Herrera
Hay
en nosotros algo más que amistad o aventura,
hay
una complicidad de sueños…
La
poesía, que es viento y fuego,
como
el mar que hace vibrar los árboles
y acuna
con su oleaje la vida.
Adondequiera
que vamos siempre llegamos demasiado tarde,
se
nos adelantó Alejandra, Tomas y Octavio,
pero
en los jardines contemplamos por la tarde como nace la luna
y la
tierra desnuda, agrietada y polvorienta.
2
Finjo
que estoy dormido
detrás
de un temblor de escarcha sola
como
un agua cósmica
en
que la sangre de la tierra llora.
Prefiero
quedarme en la penumbra
introducirme
en las criaturas,
como
en un vaso de tórrida hermosura.
Prefiero dormir en el silencio del verso
perdido
que en la incertidumbre de una página en
blanco
o en la palabra inexacta del alma
vencida.
3
Nace.
Se detiene. Fluye.
Un
manantial vacilante,
una
flor,
un
espejo,
un
silencio
lejano en la noche
lejano en la noche
que
abrasa
mi cuerpo mudo.
mi cuerpo mudo.
El
sonido de la luz,
el
color del tiempo
en
un patio antiguo
cuya
fuente canta insistente
el
lagar y la pastura.
Permanezco
en silencio,
colmado de encanto y rebeldía,
colmado de encanto y rebeldía,
pensando
en la aurora plena
en
los días fríos y vacíos,
en
los momentos en que la inspiración se muda
de
mi alma hasta el ciclo misterioso
de
los días.
Traspasa
la distancia
(la
miel de mis heridas
embalsama mi tiempo ausente)
embalsama mi tiempo ausente)
al
umbral de la puerta encadenada del silencio,
a
los pies del álamo
desde
donde brota la memoria
y
la poesía.
Abro
los ojos en la oscuridad
al
silencio de las multitudes ciegas e inquietas
hasta
que la mañana pone sus rayos en la incertidumbre
y
se abren las puertas de la oscuridad
para
que la poesía anide la palabra inquieta
y
la tarde nos torture con su intangible presencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario